Validación Emocional: La Llave Para Conectar Mejor Con Los Demás
- Gabriela Valdez
- 5 may
- 3 Min. de lectura
Por M. Gabriela Valdez Paolasini gabrielavaldezp@gmail.com
¿Qué es la validación emocional?
La validación emocional es el acto de reconocer y aceptar los sentimientos de otra persona. No se trata de juzgar, dar la razón o resolver un problema. No significa estar de acuerdo, sino de hacerle saber al otro que lo que siente tiene sentido y es comprensible.
Cuando validamos, generamos un espacio de comprensión y respeto. Las personas se sienten escuchadas, menos a la defensiva y más abiertas al diálogo. Así, la validación se convierte en una herramienta poderosa para fortalecer vínculos y resolver conflictos.
Validar es reconocer que las emociones, pensamientos y conductas de una persona tienen razones, y por eso, son entendibles.
Lo que no es validación
Validar no significa estar de acuerdo ni justificar conductas. Tampoco implica dar la razón automáticamente. Simplemente es comprender desde dónde viene el otro.
¿Por qué es tan importante validar?
Porque mejora las relaciones, reduce tensiones y nos acerca emocionalmente. Cuando una persona se siente validada:
Baja su nivel de enojo.
Se siente comprendida y apoyada.
Está más dispuesta a cooperar y resolver problemas.
¿Qué cosas podemos validar?
Hechos de una situación.
Emociones, creencias, opiniones o pensamientos.
Sufrimientos y dificultades personales.
Experiencias subjetivas que, aunque no compartamos, son reales para la otra persona.
Tipos de validación
La validación puede expresarse de diferentes maneras, dependiendo del contexto:
Conductual: “Si te sentís resfriado, te preparo un té.”
Emocional: “Entiendo que estés triste si algo no salió como esperabas.”
Cognitiva: “Puedo ver por qué tomaste esa decisión en base a lo que pensaste.”
Los 6 niveles de validación emocional (con ejemplos)
1. Presta atención
Escucha con atención plena. Deja lo que estés haciendo, mantén contacto visual, asiente con la cabeza y demuestra con tu cuerpo que estás presente.
Ejemplo:Tu amiga te cuenta que tuvo un mal día en el trabajo. En lugar de mirar el celular, haces una pausa, la miras a los ojos y dices: “Cuéntame, estoy escuchando”.
2. Refleja
Repite con tus propias palabras lo que la otra persona dijo para mostrar que entendiste. Usa un tono cálido y sin juicios.
Ejemplo: Ella dice: “Siento que nadie valora lo que hago”. Tú respondes: “Entiendo que te sientas así, parece que te esforzaste mucho y no lo notaron”.
3. Lee entre líneas
Sé sensible a lo que la otra persona no dice con palabras. Observa su expresión facial, su postura, el tono de voz y el contexto.
Ejemplo: Un compañero llega callado y serio. Le dices: “Te noto apagado hoy, ¿estás bien? Si necesitas hablar, estoy aquí”.
4. Comprende desde su perspectiva
Haz el esfuerzo de entender por qué la persona se siente así, considerando su historia o situación actual, incluso si no estás de acuerdo con su reacción.
Ejemplo: Tu hermano se molesta porque no lo invitaste a una reunión. Le dices: “Puedo entender que te sintieras excluido. Me imagino que eso fue doloroso para ti”.
5. Reconoce lo que es válido
Valida lo que tenga sentido en la experiencia del otro, aunque no compartas su opinión o reacción. Reconocer lo válido no es justificar, sino empatizar.
Ejemplo:Tu pareja se enoja porque olvidaste un compromiso. Le respondes: “Tienes razón, olvidarlo fue un error. Entiendo que te sientas molesto”.
6. Muestra igualdad
Trata al otro como a un igual. No actúes como si fueras superior ni inferior. Sé auténtico, abierto a equivocarte y cuidadoso al dar consejos.
Ejemplo:Tu amigo te confiesa que se siente inseguro en su nuevo trabajo. En lugar de decirle qué hacer, respondes: “Eso también me pasó cuando empecé algo nuevo. Si quieres, podemos pensar juntos qué podría ayudarte”.
Autovalidación: también importa cómo te tratas a ti mismo
La autovalidación es aceptar lo que sentimos y pensamos, sin juzgarnos. A veces, aparecen emociones o ideas inesperadas. Si nos castigamos por eso, aumentamos el malestar. Practicar la autovalidación es un acto de cuidado personal.
Bibliografía: Linehan, M. (2014). DBT® Skills Training Manual. Guilford Publications.

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